Educación Emocional, …modelando nuestro interior…

¡Hola!…¿Cómo están?…¿Qué tal?. En los blogs anteriores, hablamos de…¿mariposas en el corazón?, y, ¿reciclar el pasado?, como vivencias y experiencias, vinculadas y relacionadas, con la espiritualidad y la transformación espiritual y emocional, desde el contacto y la interacción personal, y, mediante el ejercicio y la práctica de la veracidad, la confianza y la generosidad, como actitudes de vida, cotidianas o diarias. En el blog actual, vamos a hablar de, modelando nuestro interior, desde la perspectiva personal, espiritual y emocional del modelado, como un proceso de reconstrucción o recreación de nuestras propias y particulares, condiciones y predisposiciones internas, necesarias e importantes, en el proceso de evolución y transformación personal, emocional y afectiva. En la actualidad, la vivencia y la experiencia del Covid – 19, con los nuevos protocolos y las nuevas modalidades de contacto e interacción socio – personal, demanda y exige que, los niños y las niñas, los adolescentes, los jóvenes y, los adultos, salgamos de la zona segura o la zona conocida, e, ingresemos a la zona de lo desconocido o la zona de lo nuevo, para lo cual, es necesario e importante, transitemos por vivencias y experiencias de modelado de nuestro interior, continuas y permanentes. Y, en esta demanda y exigencia de reconstrucción y recreación personal, espiritual y emocional, nuestra supervivencia, depende de nuestra capacidad de adaptación.

Hablando de modelando nuestro interior, como un proceso de reconstrucción o recreación personal, espiritual y emocional, según leo e investigo, porsupuesto para compartir con ustedes, podemos explicar que, lo espiritual, referido a una persona, implica naturalmente la intención de experimentar estados de bienestar, la voluntad de practicar los sentidos de la empatía y la solidaridad y, la actitud de conectar con la esencia del ser humano. En ese sentido, cuando hablamos de la esencia, estamos hablando de la cualidad o el rasgo más puro, más básico y más fundamental de un ser. Y, entonces, cuando hablamos de la esencia del ser humano, estamos hablando del conjunto de características, propias y particulares, que describen a una persona por lo que es, y, estamos hablando de todos los atributos, invariables y permanentes, que definen a una persona por lo que expresa y lo que comunica.

Hablando de modelando nuestro interior, como un proceso de reconstrucción o recreación personal, espiritual y emocional, según leo e investigo, porsupuesto para compartir con ustedes, podemos explicar que, lo emocional, referido a una persona, involucra el conjunto de todas las eventuales reacciones psicológicas y fisiológicas, manifiestas y expresas, por una persona, que representan o simbolizan los modos de adaptación, propios y particulares de los seres humanos, hechos acciones concretas, cuando las personas perciben, contactan e interactúan, con una persona, un objeto, un lugar, un suceso, e, incluso un recuerdo. En ese sentido, cuando hablamos de las reacciones psicológicas y fisiológicas, que representan los modos de adaptación de los seres humanos, estamos hablando de los procesos, mediante los cuales, los seres humanos, alcanzan y logran, estados de equilibrio, entre las necesidades internas y las exigencias externas.

Es así como, cuando hablamos de modelando nuestro interior, estamos hablando de un proceso personal, espiritual y emocional, que incluye la búsqueda y el encuentro espiritual, con nuestros estados de bienestar, nuestros sentidos de la empatía y la solidaridad y, nuestra esencia humana, y, que incluye la búsqueda y el encuentro emocional, con nuestras propias y particulares reacciones psicológicas y fisiológicas, nuestros propios y particulares modos de adaptación y, nuestros propios y particulares estados de equilibrio. Es decir, el proceso de modelar nuestro interior, es un proceso personal, que naturalmente inicia en una experiencia espiritual, que parte de la intención personal, emocional y afectiva de experimentar estados de bienestar, conducida hacia una experiencia emocional, que tiene el propósito de alcanzar y lograr estados de equilibrio, entre nuestro mundo interior de sueños y, nuestro mundo exterior, con sus ofertas y sus demandas.

Así pues, hablando de modelando nuestro interior, en los tiempos actuales de Covid – 19, pandemia y cuarentenas, nuevos protocolos y nuevas modalidades de contacto e interacción socio – personal, vigentes a nivel nacional e internacional y, el proceso personal, espiritual y emocional de reconstrucción y recreación interna, consecuente con la necesidad y el interés de hacer realidad nuestros sueños, podemos explicar que, en la actualidad, el alcance y el logro de nuestros sueños, son naturalmente condicionados, por nuestras eventuales reacciones, psicológicas y fisiológicas, ante las nuevas ofertas y las  nuevas demandas físicas, mentales, emocionales y sociales del entorno, compuesto por los espacios naturales y no naturales, las personas, los animales, las plantas y, los objetos, en general. Es decir, en los tiempos actuales, en los cuales, transitamos por situaciones de cambio y crecimiento, continuas y permanentes, el tránsito de la experiencia espiritual de búsqueda y encuentro, con nuestros estados de bienestar, hacia la experiencia emocional de búsqueda y encuentro, con nuestros estados de equilibrio, depende de nuestra capacidad de adaptación y, nuestro consecuente modelamiento interior.

De esta manera, cuando hablamos de, los niños y las niñas, su capacidad de adaptación, y, su consecuente modelamiento interior, estamos hablando de seres naturalmente adaptables y modelables interiormente. La niñez, por propia naturaleza, es una etapa de adaptación y modelamiento interior, pues en el transcurso de 3 o 4 años, aproximadamente, los niños y las niñas, suelen transitar por tres ambientes de cambio, transformación y evolución personal, espiritual y emocional, como pueden ser el vientre materno, el hogar familiar y, el jardín infantil, cada uno, con sus propias y sus particulares, ofertas y demandas ambientales, que estimulan, motivan e inspiran, diversas y variadas reacciones psicológicas y fisiológicas, que en su conjunto, representan o simbolizan, los propios y los particulares, modos de adaptación y estados de equilibrio, de cada niño o niña, y, que como coloridos granos de arena, componen el interior, adaptable y modelable, de cada niño o niña.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, tomemos consciencia, sobre el interior naturalmente adaptable y moldeable de cada niño o niña de nuestro entorno, como hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, y, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hablando de modelando nuestro interior y, eventualmente, modelando el interior de los niños y las niñas, como un proceso de reconstrucción y recreación personal, espiritual y emocional, continuo y permanente, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, tomemos conciencia sobre el hecho que, el modelamiento interior, corresponde a un proceso de tránsito, en el cual, continua y permanentemente, salimos de la zona segura o la zona conocida, e, ingresemos a la zona de lo desconocido o la zona de lo nuevo, con lo cual, pasamos por momentos de pérdida y restablecimiento del equilibrio interno, que requieren, aprendizaje y descubrimiento, personal, emocional y afectivo, para alcanzar y lograr, la tranquilidad y la seguridad naturales.