¡Hola!…¿Qué tal?….¿Cómo se encuentran?. Como he comentado con ustedes desde los primeros blogs, María José, la niña de cuatro años de edad, muy tímida y muy nerviosa, representa o simboliza, a Mi Yo Interior, pues, Yo soy la niña muy tímida y muy nerviosa, que usa anteojos y, que por las diferencias de edad, con mi hermano y con mi hermana, suelo sentirme hija única. Después de haber hecho un recorrido por algunas cuantas profesiones, entre las cuales, pude leer e investigar, para compartir con ustedes, sobre los literatos y las literatas, he aprendido y he descubierto, las oportunidades y las posibilidades que, el escribir, puede ofrecer en quienes escribimos, como es la recuperación y el sostenimiento en el tiempo del equilibrio espiritual y emocional. Es así como, en los cuentos infantiles escritos por mí, lo espiritual y lo emocional, son representados por Rodo y Lali, un caballo y una yegua mágicos, con el poder de conversar, en El Establo Mágico, con María José o conmigo, representada por María José. Rodo y Lali, son seres únicos, muy especiales y muy valiosos, con muy propias y muy particulares, necesidades, intereses y deseos, espirituales y emocionales, como es el ser un caballo de caminata, en el caso de Rodo, y, como es el ser una yegua de salto, en el caso de Lali. Rodo y Lali, son una pareja de seres únicos, muy especiales y muy valiosos, con muy propias y muy particulares, cualidades y características, espirituales y emocionales, como es la sensibilidad, en el caso de Rodo, y, como es la nobleza, en el caso de Lali. Y, Rodo y Lali, se complementan, como seres únicos y pareja, y, se complementan, como mejores amigos, con María José o conmigo.
Hablando de Rodo y Lali, como un caballo y una yegua mágicos, con el poder de conversar, en El Establo Mágico, podemos explicar que, en la vida real, la magia de los caballos y las yeguas, se observa y se identifica, en el hecho que, las experiencias y las actividades, al interior de las terapias con caballos y yeguas, como son las equinoterapias, se diseñan y se planifican, para lograr facilitar, favorecer y promover, la comprensión de las personas, sobre como sus voluntades, sus expectativas, sus interpretaciones y sus creencias personales, pueden crear limitaciones u obstrucciones, para sus objetivos y sus logros, personales, familiares y sociales, en diferentes áreas de desarrollo y progreso, como pueden ser, las áreas física, mental, afectiva y social. En ese sentido, en las experiencias y las actividades de equinoterapia, se puede producir una mágica representación o simbolización de situaciones de la vida real de las personas, en la cual, con caballos o yeguas, en el rol de guías espirituales y emocionales a cargo, las personas, desde un contacto y una interacción con caballos o yeguas, logran comprender el cómo son sus contactos, sus interacciones y sus relaciones con las personas.
Hablando de Rodo y Lali, como seres únicos, muy especiales y muy valiosos, con muy propias y muy particulares, necesidades, intereses y deseos, espirituales y emocionales, como es el ser un caballo de caminata, en el caso de Rodo, y, como es el ser una yegua de salto, en el caso de Lali, podemos explicar que, las experiencias y las actividades de equinoterapia, se pueden crear como espacios y tiempos de educación emocional, para la reflexión, la observación y la discusión positiva o buena de las personas, sobre sus objetivos y sus logros, personales, familiares y sociales. En los espacios y los tiempos de reflexión, observación y discusión, propios de la equinoterapia, los caballos y las yeguas, transmiten y evocan, con una muy propia y una muy particular honestidad, todo cuanto, su cuerpo, su cerebro y su corazón, reconocen, expresan y desean comunicar a las personas, con lo cual, los caballos y las yeguas, se transforman en efectivos mensajeros de realidad y verdad, que proyectan y producen confianza en las personas, por sobre el temor natural que pueden, motivar e inspirar, en las personas, su grandeza física y su grandiosidad espiritual y emocional.
Hablando de Rodo y Lali, como una pareja de seres únicos, muy especiales y muy valiosos, con muy propias y muy particulares, cualidades y características, espirituales y emocionales, como es la sensibilidad, en el caso de Rodo, y, como es la nobleza, en el caso de Lali, podemos explicar que, la unión espiritual y emocional, entre los caballos o las yeguas y, las personas, crea vínculos o lazos capaces de sanar todo cuanto el cuerpo, el cerebro y el corazón, necesitan o demandan, sanar. El simple contacto físico, entre los caballos o las yeguas y, las personas, sincroniza y armoniza los ritmos del corazón de los caballos o las yeguas y, las personas, pues fusionados como un solo ser, se produce una mágica y natural unión espiritual y emocional, en la cual, cada movimiento de los caballos o las yeguas, trascienden en las personas, y, cada movimiento, decisión y actitud de las personas, trascienden en los caballos o las yeguas. Y, en la equinoterapia, el montar y el dominar de manera sensible y noble a un ser, con mayor tamaño y con mayor fuerza que uno mismo, motiva e inspira, el dominio sensible y noble de los propios pasos, sentimientos y actos, y, motiva e inspira, la propia sanación.
Hablando de Rodo y Lali y, su complemento como seres únicos y pareja, podemos explicar que, el complemento entre ambos, su individualidad y su unidad, se observa y se identifica en su sensibilidad y su nobleza, como cualidades o características, muy propias y muy particulares de ambos, y, en el mismo sentido, muy compartidas por ambos, en beneficio propio y para el bienestar de otros. Rodo, como un Caballo de Paso, caracterizado por su paso acompasado y melodioso, y por su caminar suave, requiere de sus sensibles movimientos, para el dominio de la caminata. Lali, como una Yegua de Sangre Caliente, caracterizada por su figura musculosa y flexible, y por sus movimientos seguros, requiere de sus nobles impulsos, para el dominio del salto. Rodo y Lali, como seres únicos, caracterizados por su sensibilidad y su nobleza, han nacido cada uno para la caminata y el salto. Y, Rodo y Lali, como pareja de seres únicos, unidos por su sensibilidad y su nobleza, seleccionan a las almas, como María José o Yo, potencialmente, sensibles y nobles, para el despertar de nuestra sensibilidad y nobleza, y, para la transformación de nuestra timidez y nerviosismo, en tranquilidad y seguridad.
Hablando de Rodo y Lali y, su complemento como mejores amigos con María José o conmigo, podemos explicar que, el complemento entre Rodo y Lali y, María José, se manifiesta y se expresa en la conexión entre almas, el día del cumpleaños 4 de María José, cuando el papá y la mamá de María José, recogen y acogen, a Rodo y Lali, como regalos sorpresa, y, al día siguiente del cumpleaños 4 de María José, cuando María José, descubre y se sorprende, por la magia de Rodo y Lali. María José, descubre que, Rodo y Lali tienen un don sobrenatural, y, María José, descubre que, Rodo y Lali tienen el poder de conversar con Ella. Entonces, desde la primera mañana juntos en el establo, que María José llama muy bien, El Establo Mágico, comparte con Rodo y Lali sus experiencias, sus emociones y sus sentimientos. Rodo y Lali, como sus mejores amigos, acompañan, escuchan y aconsejan a María José, con mucho amor. Y, Rodo y Lali, se convierten en los guías espirituales y emocionales de María José, quien con Rodo y Lali, inicia su educación emocional, motivada e inspirada por el despertar de su sensibilidad y nobleza, y, por la transformación de su timidez y nerviosismo, en tranquilidad y seguridad.
Hablando de Rodo y Lali, y el valor de una pareja de caballo y yegua, podemos explicar que, el valor de una pareja de caballo y yegua, como Rodo y Lali, se manifiesta y se expresa, en el hecho que, Rodo y Lali, tienen juntos las cualidades o las características, espirituales y emocionales, muy propias y muy particulares, como son la sensibilidad y la nobleza, que como cualidades o características, espirituales y emocionales, complementan con las necesidades, los intereses, los deseos, las fortalezas, las debilidades y los objetivos que, María José, debe formar y educar para poder lograr su despertar y su transformación, espiritual y emocional. Es entonces que, con la participación y la intervención de Rodo y Lali, en el despertar de su sensibilidad y nobleza, María José, conoce que, Rodo y Lali, tienen juntos la sensibilidad y la nobleza que, a sus 4 años, Ella, debe aprender a descubrir en sí misma. Y, con la participación y la intervención de Rodo y Lali, en la transformación de su timidez y nerviosismo, en tranquilidad y seguridad, María José, conoce que, Rodo y Lali, tienen juntos la sensibilidad y la nobleza que, una vez conoce a José María, Ella, debe aprender a descubrir en otros.