¡Hola!…¿Qué tal?….¿Cómo se encuentran?. Como comentaba con ustedes en los blogs anteriores, la experiencia de escribir cuentos infantiles, es para mí, la oportunidad y la posibilidad de iniciar mi proceso de educación emocional, desde la práctica y el ejercicio del autoconocimiento, la autorregulación, la motivación y la empatía, como competencias emocionales. En la experiencia de escribir cuentos infantiles, logro comprender y aprender que, la timidez y el nerviosismo, han sido y son, las principales debilidades en mi niñez, mi adolescencia y mi juventud, pues en la actualidad, como mujer adulta, luego de haber experimentado situaciones muy difíciles y muy complicadas a nivel personal, familiar y social, logro controlar mi timidez y mi nerviosismo, con lo cual, puedo hacer realidad sueños personales, familiares y sociales. En el momento que me encuentro con el diagnóstico de un tumor en mi riñón derecho, ser muy tímida y ser muy nerviosa, significaba una limitación para poder encontrar las respuestas y las soluciones a mi tema de salud, entonces, por el contrario, por necesidad, interés y deseo personales, me transformo en una persona muy tranquila y muy segura, por sentir, pensar y saber que estaba avanzando en el camino correcto hacia la respuesta y la solución, viable y favorable, a mi recuperación y mi sanación, como era la extirpación de mi riñón derecho. La transformación de mi timidez y mi nerviosismo, en mi tranquilidad y mi seguridad, personales, familiares y sociales, ocurren sobre la base de mi Fe, en el Amor de Dios y, en el Amor de Mamá y Papá, quienes habitan en mi corazón, y, ocurren por una motivación interior hacia mí y, por una actitud empática hacia otros, pensando en los niños y las niñas, muy tímidos y muy nerviosos, que al igual que, yo, aprendo a expresar mis emociones hoy, ellos y ellas, necesitan aprender a expresar sus emociones hoy.
Hablando de los niños y las niñas muy tímid@s, que necesitan aprender a expresar sus emociones hoy, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas, pueden transformarse en niños o niñas, tímidos o tímidas, a consecuencia de experiencias, negativas o malas, propias de la vida misma, pero, en general, la timidez puede manifestarse o expresarse en los niños o las niñas, como una predisposición natural, por la cual, eventuales contactos e interacciones sociales, con niños o adultos, motivan e inspiran, molestia y desagrado, porque pueden sentirse como estresantes. Es decir, en los niños y las niñas, el origen de la timidez se evidencia y se registra por la intervención de factores personales, familiares y sociales, como pueden ser, la herencia, el aprendizaje y, la experiencia personal, familiar y social. En ese sentido, en los niños y las niñas muy tímidos o muy tímidas, se pueden observar y se pueden reconocer problemas de apego y problemas de autoestima, que conducen a que, los niños y las niñas, tengan dificultad para lograr expresar sus sensaciones, sus emociones, sus sentimientos, sus pensamientos y sus ideas, tengan dificultad para lograr disfrutar relaciones sociales, tengan dificultad para lograr conocer personas nuevas, tengan dificultad para lograr controlar la ansiedad y la depresión, tengan dificultad para lograr defender sus derechos, tengan dificultad para lograr hablar o exponer sus ideas y sus conceptos ante grupos de personas, y, tengan dificultad para lograr controlar síntomas físicos, como pueden ser, temblores, enrojecimientos, tartamudeos o torpezas.
Hablando de los niños y las niñas muy tímid@s, que necesitan aprender a controlar su timidez, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas pueden aprender a controlar su timidez implementando experiencias y actividades motivadoras e inspiradoras del reconocimiento, la expresión y la comunicación de las emociones, para que se formen y se eduquen en la confianza y la seguridad, con el propósito y la finalidad de facilitar, favorecer y promover el desarrollo y progreso de la autoestima. Es decir, en los niños y las niñas, que evidencian y registran timidez, necesitan y demandan de la participación y la intervención constructiva de los adultos a cargo, en el rol de padres o madres, abuelos o abuelas, tíos o tías y, maestros o maestras, que motiven e inspiren con experiencias y actividades, como pueden ser: adoptar una actitud crítica positiva hacia los niños y las niñas, reconocer y valorar positivamente los logros y los fracasos de los niños y las niñas, promover autoinstrucciones y autorefuerzos positivos en los niños y las niñas, facilitar oportunidades y alternativas de socialización en los niños y las niñas, facilitar el contacto y la interacción espontáneos de los niños y las niñas con otros niños o niñas y/o adultos, favorecer el desapego positivo o bueno de los niños y las niñas, favorecer el control de la timidez actuando como ejemplos a seguir por los niños y las niñas, promover las responsables tomas de decisiones en los niños y las niñas, promover los dones y las vocaciones lúdicos, artísticos, deportivos y/o culinarios de los niños y las niñas, incentivar el juego simbólico en los niños y las niñas, e, incentivar el dibujo en los niños y las niñas.
Hablando de los niños y las niñas muy nervios@s, que necesitan aprender a expresar sus emociones hoy, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas, pueden transformarse en niños o niñas, nerviosos o nerviosas, a consecuencia de experiencias, negativas o malas, propias de la vida misma, pero, en general, el nerviosismo puede manifestarse o expresarse en los niños o las niñas, como una predisposición natural, por la cual, eventuales situaciones o experiencias, personales, familiares o sociales, motivan e inspiran, angustia y ansiedad, porque pueden sentirse como estresantes. Es decir, en los niños y las niñas, el origen del nerviosismo se evidencia y se registra por la intervención de factores internos o externos, como pueden ser, la herencia, el aprendizaje y, la experiencia personal, familiar y social. En ese sentido, en los niños y las niñas muy nerviosos o muy nerviosas, se pueden observar y se pueden reconocer cambios en el comportamiento, el sueño, la alimentación y/o el estado de ánimo, que conducen a que, los niños y las niñas, tengan dificultad para salir de su hogar, tengan dificultad para participar en eventos sociales con otros niños o niñas, tengan dificultad para lograr dormir o permanecer dormido, tengan dificultad para ir a la escuela, tengan dificultad para comer el refrigerio o el almuerzo en la escuela, tengan dificultad para usar el baño en la escuela, tengan dificultad para participar en actividades grupales en la escuela, tengan dificultad para dominar el temor, tengan dificultad para tomar decisiones, y, tengan dificultad para controlar la irritabilidad.
Hablando de los niños y las niñas muy nervios@s, que necesitan aprender a controlar su nerviosismo, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas pueden aprender a controlar su nerviosismo implementando experiencias y actividades motivadoras e inspiradoras del reconocimiento, la expresión y la comunicación de las sensaciones, para que se formen y se eduquen en la tranquilidad y la seguridad, con el propósito y la finalidad de facilitar, favorecer y promover el desarrollo y progreso de la autorregulación. Es decir, en los niños y las niñas, que evidencian y registran nerviosismo, necesitan y demandan de la participación y la intervención constructiva de los adultos a cargo, en el rol de padres o madres, abuelos o abuelas, tíos o tías y, maestros o maestras, que motiven e inspiren con experiencias y actividades, como pueden ser: adoptar una actitud empática, comprensiva, solidaria y generosa hacia las preocupaciones manifiestas por los niños y las niñas, adoptar una actitud crítica positiva hacia las preocupaciones manifiestas por los niños y las niñas, reconocer y valorar positivamente las preocupaciones manifiestas por los niños y las niñas, incentivar el juego simbólico en los niños y las niñas, favorecer el pensamiento reflexivo en los niños y las niñas, promover el viaje en el tiempo en los niños y las niñas, causar el tiempo de la preocupación en los niños y las niñas, elaborar la lista de verificación de acciones con los niños y las niñas, implementar las rutinas de relajación física con los niños y las niñas, y, facilitar la progresiva exposición ante los estímulos causantes del nerviosismo en los niños y las niñas.
Hablando de la timidez y el nerviosismo y, hablando de la historia de María José, como una niña con cuatro años de edad, para quien mamá y papá adoptan un caballo y una yegua, como regalo de cumpleaños, en base a mi lectura y mi investigación, podemos explicar que, animales como el caballo y la yegua, ayudan y apoyan en el desarrollo y progreso del tono muscular, la coordinación motora y la capacidad de relación con el entorno, compuesto por espacios naturales y no naturales, personas y objetos, principalmente, con lo cual, una relación, como la relación de María José, con Rodo y con Lali, su caballo y su yegua, puede transformarse, y, de hecho se transforma, en una relación de amor, complicidad y compañerismo. En las relaciones con los caballos y las yeguas, el desarrollo y progreso de las habilidades físicas y afectivas, facilita que los niños y las niñas, muy tímidas y muy nerviosas, como en el caso de María José, tomen conciencia de su cuerpo y controlen sus emociones, con lo cual, en el contacto y la interacción con los caballos y las yeguas, desarrollan y progresan en la concentración, la cooperación, la disciplina y el trabajo en equipo. Las relaciones con los caballos y las yeguas, como en el caso de María José, favorecen el desarrollo de sentimientos positivos o buenos, como la confianza y la seguridad, manifiestos y expresos, en la autoestima, por la misma superación de miedos, como el miedo a los temblores y, como resultado del logro de un espíritu de superación personal, a niveles físico, mental, afectivo y social, que conduce a los niños y las niñas, como María José, a plantear y lograr sus objetivos y sus metas, personales, familiares y sociales.
Hablando entonces de María José, como una niña de 4 años de edad, hija de mamá y papá juntos, como pareja y familia, caracterizada como una hija única, como una niña que usa anteojos y, como una niña muy tímida y muy nerviosa, podemos reconocer que, la mamá y el papá de María José, son la familia que, María José, necesita para su bien y su bienestar personal, familiar y social, pues mamá y papá, atienden a las necesidades, los intereses y los deseos de María José, y, podemos reconocer que, María José, tiene en la conversación, el medio, el material y el recurso físico, mental, afectivo y social, para lograr transformar su timidez y su nerviosismo, en su tranquilidad y su seguridad emocional. La conversación, como diálogo oral, entre María José, Rodo y Lali, facilita, favorece y promueve la participación y la intervención alternada para la expresión de sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos e ideas, sin planificación. En ese sentido, el contacto y la interacción con su caballo y su yegua, son una ayuda y un apoyo integral para María José, porque en El Establo Mágico, María José, conversa con Rodo y Lali, logrando desarrollar y progresar en el pensamiento, la imaginación, la personalidad y la actitud, lo cual, hace que, María José, se sienta tranquila y segura y, tenga logros emocionales y sociales, en un momento muy especial y muy valioso de su formación y su educación emocional y social, como son los 4 años de edad, pues, con la ayuda y el apoyo de Rodo y Lali, María José, logra aprender a reconocer, expresar y comunicar sus emociones, con lo cual, desarrolla y progresa socialmente como una niña líder, quien, motiva e inspira, a José María, Josefa, Antonio, Celina y Julio, a conversar con Rodo y Lali, para aprender a reconocer, expresar y comunicar sus emociones, como son el miedo, la valentía, la tristeza, la alegría, la molestia y el agrado.