¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están?…En esta oportunidad, ubicamos la formación y la educación de las emociones en el hogar y, nos centramos y nos enfocamos en las emociones como comunicación no verbal a cargo de los adultos responsables de los niños y las niñas en el rol de padres o madres, abuelos o abuelas y tíos o tías e, incluso, en un contexto de pandemia y cuarentena, a la distancia y por intermedio de los medios tecnológicos y la comunicación virtual, a cargo de los adultos responsables de los niños y las niñas en el rol de maestros o maestras. Y, hablando de las emociones como comunicación no verbal, presentamos y explicamos, la comunicación no verbal como la forma interactiva, muy personal y muy particular, mediante la cual, los niños y las niñas transmiten, evocan y simbolizan su estado interno, sus necesidades, sus intereses, sus deseos y sus objetivos, interpretados y verbalizados en sus sentimientos y, mediante la cual, los niños y las niñas forman su pensamiento y, orientan su pensamiento y su conducta.
En ese sentido, hablando de la comunicación no verbal, podemos señalar que, en la comunicación no verbal de manera consciente o de manera inconsciente los niños y las niñas y, los adultos, por medio de posturas, movimientos, gestos corporales, expresiones faciales, contacto de ojos y, tonos de voz, ante los ojos y la mirada de los otros, informamos y participamos mensajes y contenidos visuales, muy personales y muy particulares, sobre nuestro mundo interior; podemos señalar que, los contenidos y los mensajes visuales de la comunicación no verbal pueden sustituir, reproducir, regular, complementar, confirmar o contradecir los mensajes y los contenidos verbales, expresados y comunicados en la conversación y los diálogos; y, podemos señalar que, la comunicación no verbal como una forma interactiva puede facilitar, favorecer y promover el desarrollo de habilidades en los niños y las niñas, como son el lenguaje y el pensamiento, la comunicación verbal, las relaciones sociales, la empatía y la asertividad y, la solución de conflictos.
Es así como, por un lado, podemos explicar que, el primer medio, entorno o contexto formativo – educativo, en el cual, es necesario que se facilite, se favorezca y se promueva el desarrollo de las competencias emocionales de la Educación Emocional, es el hogar, porque en el hogar los niños y las niñas y, los adultos responsables a cargo como son los padres o las madres, los abuelos o las abuelas, los tíos o las tías y, en la actualidad, a la distancia y por intermedio de los medios tecnológicos y la comunicación virtual, los adultos responsables a cargo como son los maestros o las maestras, forman lazos significativos y sentidos, que necesitan ser educados poniendo en práctica y ejercitando la comunicación no verbal y las habilidades emocionales de la Inteligencia Emocional, que tienen el propósito afectivo y social de enseñar o preparar a los individuos, como personas emocionalmente inteligentes o como personas que reconociendo, expresando y comunicando sus emociones, aprendan a lograr, conservar y, eventualmente, recuperar el bienestar físico y mental, en sí mismos y en los otros.
Y, por otro lado, podemos explicar que, en el ejercicio y la práctica de la comunicación no verbal y las habilidades emocionales de la Inteligencia Emocional, los adultos a cargo de los niños y las niñas como los modelos de conducta y comportamiento para los niños y las niñas, son quienes necesitan iniciar el proceso formativo – educativo interactivo de la Educación Emocional, que facilite, favorezca y promueva, en los adultos a cargo, la toma de conciencia emocional sobre sus propias y sus particulares emociones, sus causas y sus consecuencias, la interpretación de sus propias y sus particulares emociones y, la verbalización de sus propios y sus particulares sentimientos, haciendo uso de un vocabulario emocional que facilite, favorezca y promueva el contacto y la interacción emocional con los niños y las niñas y, que facilite, favorezca y promueva, en los niños y las niñas, la toma de conciencia emocional de sus propias y sus particulares emociones, sus causas y sus consecuencias, la interpretación de sus propias y sus particulares emociones y, la verbalización de sus propios y sus particulares sentimientos.
De esta manera, una vez que, los adultos a cargo de los niños y las niñas toman conciencia emocional sobre sus propias y sus particulares emociones, sus causas y sus consecuencias, interpretan sus propias y sus particulares emociones y, verbalizan sus propios y sus particulares sentimientos, es el momento para que los adultos responsables a cargo, en su rol de padres o madres, abuelos o abuelas y, tíos o tías y, en la actualidad, a la distancia y por intermedio de los medios tecnológicos y la comunicación virtual, los adultos responsables a cargo, en su rol de maestros o maestras, faciliten, orienten y promuevan la conexión de los niños y las niñas consigo mismos, sus emociones y sus sentimientos, para que los niños y las niñas ejerciten y practiquen su toma de conciencia emocional, percibiendo, evaluando y expresando sus emociones, reconociendo y comprendiendo las causas y las consecuencias de sus emociones e, identificando y nombrando sus sentimientos, tanto si son positivos como si son negativos, sabiendo que es necesario abrazar, aceptar y respetar todos los sentimientos, tanto si son positivos como si son negativos.
En ese sentido, hablando de la toma de conciencia emocional de los niños y las niñas, podemos señalar que, en el ejercicio y la práctica de la comunicación no verbal y las habilidades emocionales de la Inteligencia Emocional, es necesario que, por la participación y la intervención formativo – educativa interactiva de los adultos responsables a cargo, los niños y las niñas aclaren y expongan su estado interior, sus necesidades, sus intereses, sus deseos y sus objetivos, haciendo uso de un vocabulario emocional que interprete y verbalice… ¿qué ha causado sus emociones o sus reacciones irreflexivas?… y, … ¿qué ha causado sus sentimientos o sus interpretaciones reflexivas de las emociones?… , sabiendo que positivos o negativos, todos los sentimientos se abrazan, se aceptan y se respetan y, teniendo en claro que todas las sensaciones relacionadas con las emociones y los sentimientos, como el miedo, la valentía, la tristeza, la alegría, la molestia y el agrado, son emocionalmente y comunicativamente aceptables, sin embargo, la impulsividad producida por las sensaciones, proyectada en la conducta y el comportamiento, que puede significar y sentirse como riesgosa para el bienestar físico y mental de uno mismo y los demás, necesita y demanda de un control a nivel afectivo y social por parte de los niños y las niñas, con el acompañamiento responsable de los adultos a cargo.
Es entonces que, desde mi conocimiento y mi experiencia como tía y maestra en contacto e interacción con niños y niñas menores de 6 años de edad, hoy quiero compartir con ustedes una lista de experiencias y actividades para ejercitar y practicar en el hogar, que tienen el propósito y la finalidad de facilitar, favorecer y promover la toma de conciencia emocional, como pueden ser: imitar todos juntos las diferentes emociones, diferenciar las emociones descubriendo entre todos el porque de los sentimientos, dibujar caras o rostros que representen o simbolicen las diferentes emociones, leer conjuntamente cuentos infantiles sobre como aprender a expresar las emociones y, escribir un diario emocional personal. Y, desde mi propuesta de DeLili y sus niños, como un espacio interactivo virtual, creado para despertar, en los niños y las niñas, la necesidad y el interés, por la literatura infantil y la lectura, como medios que motivan el reconocimiento, la expresión y la comunicación de sus emociones, hoy quiero invitar a ustedes a facilitar, favorecer y promover el ejercicio y la práctica de las competencias emocionales de la Educación Emocional, la comunicación no verbal, las habilidades emocionales de la Inteligencia Emocional y la toma de conciencia emocional, leyendo con sus niños y sus niñas nuestro primer cuento infantil «María José dice: ¡Mi cama se movió!.»